Como adultos, hemos vivido las consecuencias de tener una mala administración del dinero. Eso se ha convertido en deudas o en atrasos para pagar. Muchas veces nos ponemos a pensar “hubiera sido bueno que me enseñaran desde pequeño a cuidar el dinero”. Infortunadamente, no podemos regresar el tiempo, pero podemos comenzar a brindar educación financiera para niños y facilitar así buenas decisiones para el futuro.
Las investigaciones sugieren que muchos de nuestros hábitos financieros se establecen a los siete años. Si no comienzan desde una temprana edad, será más difícil que vayan en dirección correcta. ¡Que no te surjan más dudas de cómo hacerlo! Aquí te compartimos 7 claves para guiarlos.
Que se ganen el “domingo” o mesada
Cuando los niños “trabajan” por su dinero, aprenden a utilizarlo mejor. Asignar tareas en el hogar puede ser una forma de remuneración para ellos. A esto, le podemos sumar enseñarles a realizar presupuestos. Son dos actividades de educación financiera para niños que pueden hacer una gran diferencia.
Fomentar trabajos a tiempo parcial
La escuela secundaria puede ser un tiempo con muchas ocupaciones, ya sea por tareas y actividades extracurriculares. Sin embargo, un trabajo a medio tiempo en una cafetería o una tienda, puede ser su primer acercamiento a un sueldo. Asimismo, trabajos como cortar el pasto, pasear mascotas o lavar autos de los vecinos, son actividades que pueden ser recompensadas.
Contribuir a las compras
Como padres, las solicitudes de los hijos para un nuevo juego o juguete, son el pan de cada día. Es común que los niños no tengan la noción de que cada mes hay que pagar ciertas cosas y no siempre habrá para su diversión. Un consejo de educación financiera para niños, es alentarlos a ahorrar dinero para poner la mitad del costo de lo que desean. Esto es una forma muy buena de hacerle saber la importancia del dinero.
¡Jugar y aprender!
Los juegos de mesa pueden ayudar a los niños a aprender la importancia del ahorro. Estos juegos en los que pueden comprar artículos, solicitar préstamos y aprender a hacer presupuestos, son una gran herramienta. El Monopoly puede proporcionar lecciones valiosas, ya que los participantes eligen qué propiedades o estrategias de compra generan los mayores beneficios y miden el riesgo versus la recompensa con cada movimiento que hacen.
Dale una cuenta bancaria
La alcancía es un vehículo de ahorro para los niños más pequeños. A determinada edad, se puede considerar abrir una cuenta bancaria. Es una forma sana de inculcar la importancia de acumular saldo y que conozca poco a poco la industria bancaria. De esta forma, irán haciendo conciencia sobre el valor del dinero.
Hablar de inversión
Una de las claves para la salud financiera a largo plazo es saber cómo invertir sabiamente el dinero. Con el tiempo, el niño sabrá que no solo el ahorro es una herramienta poderosa para conseguir sus objetivos. Es importante que la educación financiera para niños tenga a la inversión como tema prioritario. De esta manera y con el tiempo, aprenderá a invertir y mientras más joven lo haga, los activos serán mayores una vez que sea adulto.
La educación financiera para niños debe ser honesta
Es necesario ser abierto y honesto sobre las finanzas familiares. Comúnmente, a los papás les preocupa mucho los temas de dinero, sobre todo cuando hay crisis o pérdidas. De esta manera, cuando sean tiempos de escasez, sabrán cómo apoyar o qué esperar de la situación. Eso también los hará más conscientes sobre el dinero.
Cree firmemente que un niño aprende y lo hace rápido. Obtener dinero a través de las tareas del hogar o trabajar en un empleo a tiempo parcial les ayudará a desarrollar conocimientos financieros. Abrir una cuenta de ahorros, una tarjeta de débito les enseña a los niños el valor del ahorro y les presenta el sistema bancario. Cualquier cosa que alimente la educación financiera para niños, es siempre un ganar ganar.
